TODOS SOMOS ISLAS

«Los nueve relatos que componen Todos somos islas se leen como nueve vallenatos sombríos. Un grupo de presos que toman drogas experimentales fabricadas por un laboratorio alemán, un reverendo que bautiza prostitutas en el agua del río, un boxeador que tira su primer jab en una plaza de cañahuates orecidos y otros seres marginados se ven obligados al delito, a la lucha cotidiana y a la soledad. Todo en una sofocante ciudad del mar Caribe en cuyas noches cantan los lagartos y destella un cementerio de barcos»
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