Quédate en tu puta casa

La conformación de los relatos etnográficos que integran esta obra sobre el confinamiento durante la pandemia covid-19, parte de una reflexión metodológica sobre la investigación cualitativa, una de cuyas técnicas privilegiadas es la entrevista a profundidad; empero, la autora se decanta por un proceso dialógico, una manera de construir conocimiento con el Otro, pero no en el sentido tradicional que se le ha signado históricamente al otro: entidad estática, o cantera de la cual se extraen datos; en esta obra, el Otro, cambia de lugar en un diálogo donde ambos son interpelados y, es entre la escucha y la conversa activa, donde se teje la trama y significado de la experiencia vivida. Los relatos son tratados con el rigor de la descripción densa geertziana de manera que permite al lector tener acceso al impacto de la pandemia y el confinamiento sobre los pluriversos microscópicos de la vida cotidiana. Sin el entramado de las preguntas, que es también una técnica del periodismo, las narraciones fluyen con mucha autenticidad, y las realidades se tamizan con el lenguaje y el enfoque subjetivo de los narradores, quienes, quizá sin proponérselo, irrumpen en el campo literario con sus modos de contar los hechos. Así, el lector puede disfrutar a la vez de un libro etnográfico y de una antología de relatos y cuentos, que se ligan a las historias de dos países: Colombia y México.